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Valsequillo

El municipio de Valsequillo se localiza en la vertiente este de la isla de Gran Canaria, en la zona de medianías. Limita, al norte, con los municipios de Villa de Santa Brígida y Vega de San Mateo; al sur, con San Bartolomé de Tirajana y la cabecera del Barranco de Guayadeque que discurre por los municipios de Ingenio y Agüimes; al este, colinda con el término municipal de Telde. Es un municipio estratégicamente situado ya que dista tan sólo 24 km de la capital insular, Las Palmas de Gran Canaria; unos 18 km del aeropuerto de Gran Canaria y, aproximadamente, 60 km de la zona turística de Maspalomas.

Con una superficie de 39,15 km2 y una altitud que oscila entre los 300 y los 1.800 metros sobre el nivel del mar, Valsequillo presenta una morfología y unas características propias que le confieren un paisaje peculiar. En el ámbito municipal se pueden diferenciar dos grandes unidades paisajísticas: la majestuosa Caldera de Tenteniguada y el tramo medio de la cuenca de Telde. En la franja de mayor altitud, hace acto de presencia la impresionante caldera de erosión labrada sobre el flanco este del Macizo Central de Gran Canaria. Los escarpes, laderas y barrancos encajados en esta megaestructura de forma semicircular, muestran el poder del agua modelando el territorio. El duro material que compone la Caldera de Tenteniguada, esencialmente aglomerado volcánico y lavas del ciclo Roque Nublo, se refleja en los grandes escarpes y en los impresionantes roques o monolitos que la erosión ha querido mantener en pie: el Roque Saucillo, Los Picachos, el Roque Jincado, el Roque del Pino o los roques de Tenteniguada, popularmente conocidos como Roque Grande, entre otros. Además de estas peculiares geoformas, un conjunto de laderas, formadas por coluviones y derrubios, descienden progresivamente desde las escarpadas paredes de la caldera hacia las mediaciones de esta gran cuenca. Las pendientes llenas de bancales conforman un paisaje de alto valor etnográfico, donde se pueden encontrar muros de piedra hasta en los lugares más insólitos. El campesino ha buscado la mejor forma de aprovechar esta maravillosa tierra, rica en agua. En el sector cumbrero sobresale por su importancia paisajística y geológica la Caldera de Los Marteles. De origen volcánico, debe su espectacular aspecto a la explosividad de los materiales que la conformaron: agua y magma.

La parte más baja del municipio coincide con el tramo medio de la cuenca de Telde. La divisoria entre esta unidad paisajística y la anterior se localiza en las estribaciones del Barranco de San Miguel, a la altura del caserío de El Colmenar. En esta zona, los barrancos son mucho más abiertos, en forma de "U", debido al relleno parcial de las coladas volcánicas recientes del ciclo Post-Roque Nublo sobre los antiguos cauces, que formaron grandes terrazas lávicas bastante llanas.

Las características climáticas de Valsequillo se corresponden con las propias de los municipios de medianías del noreste de la isla, con temperaturas suaves, lluvias ocasionales (precipitaciones medias de 400 mm anuales) y la influencia del mar de nubes, generado por los vientos alisios. Estos actúan de forma ocasional, originando un manto de nubes que cubre la práctica totalidad del municipio, que propicia estampas realmente preciosas.

Es importante reseñar la amplia variedad florística de la zona. La Caldera de Tenteniguada es uno de los lugares más representativos para el estudio de la flora insular. Se desarrollan aquí comunidades vegetales endémicas de la región macaronésica, de la isla, e incluso especies que se dan casi exclusivamente en este lugar, como son el tajinaste azul (Echium callithyrsum) o la legendaria flor de mayo leñosa(1) (Pericallis hadrosoma), esta última en peligro de extinción. El municipio de Valsequillo conserva uno de los enclaves más importantes de la isla donde perdura el bosque termófilo. Se trata del Barranco de Los Cernícalos, que alberga uno de los acebuchales (Olea europaea ssp. cerassiformis) mejor conservados de la isla y una densa sauceda (Salix canariensis) de alto valor botánico. Son importantes también otras formaciones arbóreas, como los palmerales de Phoenix canariensis, representados por los impresionantes palmerales de Tenteniguada y San Roque, ambos con características paisajísticas muy diferentes. En tiempos pretéritos, el límite del bosque de laurisilva de Gran Canaria ocupaba un amplio espacio, que de Agaete llegaba a Tenteniguada como límite más meridional. De ahí que, hoy en día se localicen especies características del monteverde, destacando madroños (Arbutus canariensis), mocanes (Visnea mocanera) y adernos (Heberdenia bahamensis). La abundante presencia de bioindicadores naturales de este piso de vegetación, como ocurre con la bicácara (Canarina canariensis), muestra la importancia que tenía la laurisilva en esta zona. En el sector alto de la Caldera de Tenteniguada y en la franja cumbrera, el matorral de sustitución de retamas y codesos se va intercalando con un pinar de repoblación de pino canario (Pinus canariensis).

En tiempos de lluvia, pequeños arroyos y nacientes se adueñan de toda la geografía municipal.

Las principales figuras de protección de Valsequillo son: el Paisaje Protegido de Lomo Magullo, la Reserva Natural Especial de Los Marteles, el Paisaje Protegido de Las Cumbres y el Monumento Natural Riscos de Tirajana, todos ellos compartidos con otros municipios limítrofes.

La historia de Valsequillo guarda una estrecha relación con su pasado aborigen y su pertenencia a Telde hasta su independencia en 1802. Existió en Valsequillo, en la llamada Montaña del Helechal, un almogarén o lugar sagrado donde los antiguos aborígenes practicaban ritos y ofrendas a sus dioses. Son importantes, también, las cuevas prehispánicas que se encuentran en el Barranco de San Miguel, concretamente en Tecén y Los Llanetes, donde se asentaron los primeros pobladores. Fue por este mismo lugar por donde se adentraron los conquistadores castellanos, entablando una cruenta batalla con los pobladores de la zona a la altura del caserío de El Colmenar.

"... cuando los conquistadores llegaron a la ciudad de Telde y vieron una población muy importante en Tecén y toda la zona hasta llegar a Tenteniguada, trataron de conquistarla, pues era la más rica en aguas, fruta y miel."(2).

En 1670 se edifica la primera ermita, instituida parroquia de San Miguel Arcángel por el obispo Verdugo en el año 1800. El día 12 de marzo de 1802 obtiene la autonomía y la separación del municipio de Telde, contando con alcalde propio desde entonces. Entre 1903 y 1918 se edificó la actual iglesia en el lugar que ocupaba la antigua ermita y la plaza de la misma sobre el antiguo cementerio. Cabe destacar las valiosas obras de arte que alberga en su interior, como la famosa pila bautismal verde realizada a fuego, del siglo XV y de origen sevillano; la Virgen del Rosario, escultura flamenca de principios de la conquista, o la escultura de San Miguel Arcángel de Luján Pérez, patrón del municipio, entre otras. Las iglesias de San Roque y de Tenteniguada son claros ejemplos de arquitectura tradicional, como también lo es el cuartel de caballería de El Colmenar, construido en 1530, con varias edificaciones vinculadas a la vida castrense y que se usó como residencia de altos cargos militares hasta principios del siglo XX. La arquitectura tradicional canaria se hace presente en todo el municipio. Elegantes casas de piedra con techumbre de teja a dos o cuatro aguas engalanan cada rincón del territorio valsequillero. La estructura peculiar de éstas, adosadas a viejos alpendres y a las tierras de cultivo, muestra el carácter agrícola de la zona.

Los principales barrios del término municipal son: Tecén, Los Llanetes, La Barrera, La Cantera, Luis Verde, Valle de San Roque, Lomitos de Correa, el casco, Las Vegas, Era de Mota, Tenteniguada, El Rincón y El Montañón.

La actividad económica que desempeñan la mayor parte de la población es la relacionada con el sector servicios, construcción, transporte, profesiones liberales. Siendo la agricultura de autoabastecimiento un complemento a la economía familiar. Predomina la producción de papas y hortalizas, así como de legumbres y cereales. El cultivo de fresas ha convertido al municipio en el mayor productor de esta fruta en el ámbito insular. Existe una gran cantidad de árboles cuyos frutos son de extremada calidad, como ciruelas, albaricoques, peras, manzanas, guayabos, guindas, naranjas, limones, tunos, castañas, nueces o almendras, entre otros, siendo este último el fruto por excelencia de Valsequillo y, los almendreros, los protagonistas del colorido de su paisaje. Todos los domingos abre sus puertas el mercadillo municipal, donde se puede encontrar una gran variedad de los productos agrícolas del municipio.

La práctica de la ganadería es otra actividad importante en este área. Cobran especial relevancia el ganado caprino y ovino. Debido al establecimiento del cuartel de caballería en el pasado, el caballo tiene un notable arraigo en el municipio, aumentando en los últimos años el número de cabezas, dado el auge de carreras y competiciones hípicas en éste.

La población del municipio de Valsequillo es de, aproximadamente, 8.700 habitan tes en 2006(3). El modelo de hábitat disperso, vinculado a las tierras de cultivo, es el que caracteriza a Valsequillo, donde los pequeños caseríos se adueñan del paisaje. Los núcleos rurales más poblados son el casco de Valsequillo, La Barrera, Las Vegas y Tenteniguada, respectivamente. Otros barrios más pequeños, pero muy pintorescos, son El Rincón de Tenteniguada, la Era de Mota, el Valle de San Roque, los Lomitos de Correa, Los Llanetes, Luis Verde o La Cantera, entre otros. El carácter amable y servicial de sus gentes, así como la belleza de su paisaje, hacen de cada uno de estos barrios un lugar ideal para vivir.

La imponente imagen de San Miguel siempre ha despertado admiración y temor. Luján Pérez esculpió al Arcángel con alas y coraza de guerrero, mientras empuña una espada de fuego con la cabeza protegida por un casco. A sus pies es derrotado Satanás, encarnado en perro negro con una amenazadora boca que muestra largos y afilados dientes. San Miguel sujeta a la peligrosa bestia con una cadena. El dominio y el triunfo es absoluto sobre el maligno. El realismo fantástico del perro que yace bajo los pies de San Miguel sugirió el espectáculo de la "Suelta del Perro Maldito". Este acontecimiento festivo-cultural se celebra en la media noche de la víspera del Santo Patrón, del 28 al 29 de septiembre. El mundo de la muerte se escenifica en torno a la plaza del pueblo. Los seres malignos surgidos de la sibilina fantasía se mueven tentadores y amenazantes entre la multitud, enmarcados en un bello escenario de luz y fuego. Un dicho popular que proviene de una antigua folía recorre todos los rincones de este pueblo:



La noche de San Miguel
a tu ventana toqué
no te abro, está suelto
el perro de San Miguel(4)


Sin dejar las fiestas atrás y nombradas las del patrón del municipio, destacamos que cada barrio cuenta con la suya propia y, así, desde mayo hasta octubre, estos se van engalanando con banderas y guirnaldas de luces para su celebración entre vecinos y visitantes. Destacan las fiestas de San Juan en Tenteniguada (24 de junio), que representan en la víspera del día grande la escenificación de la "Noche de brujas" (23 de junio), todo un espectáculo donde el misterio y las tradiciones se entremezclan en la noche más corta y mágica del año.

No se pueden olvidar las fiestas del Almendro en Flor, que desde los años setenta se celebran, también, en este municipio, recogiendo una de las mejores representaciones de los valores culturales de Canarias, con manifestación de sus tradiciones y muestras de artesanía. Son numerosos los artesanos localizados en el término municipal. Estos guardan con celo y sabiduría el legado que los antepasados les dejaron, ejerciendo labores tradicionales de inigualable valor etnográfico. Hilanderas, cesteros, alfareros, estereras, herreros o forjadores, entre otros, conservan aún hoy los oficios artesanales más característicos del municipio.

Los potajes de berros o jaramagos con gofio "escaldado" -amasado con "caldo pescao"-, la carne de cabra, las papas arrugadas con mojo de almendras, las parrilladas de carne o el sancocho canario son platos típicos a degustar entre la amplia oferta de restauración con la que cuenta el municipio. Todo ello, acompañado de un buen vino, procedente de cualquiera de las tres bodegas que elaboran olorosos y buenos caldos con las uvas de la tierra. Los vinos del lugar han sido galardonados en diversos concursos en el ámbito insular y regional, lo que demuestra su calidad palpable en todas las variedades, ya sean tintos, blancos o dulces.

Los postres constituyen otro pilar de la gastronomía municipal. La almendra, fruto muy común en Valsequillo, es la base de muchos dulces, especialmente de las tartas, el bienmesabe o las tortas de almendras. Las fresas sirven para elaborar y decorar suculentos platos, así como las guindas o cerezas, propias de El Rincón de Tenteniguada. Cabe resaltar la mermelada artesanal elaborada por las lugareñas, que cuida el sabor y la elaboración de manera exquisita, con gran aporte de frutas naturales, o la variedad de mieles producidas en el término municipal.

Si por algo se caracteriza Valsequillo es por la calidad de sus quesos artesanos. Existe un gran número de queserías artesanales galardonadas y catalogadas por sus quesos en varias catas de ámbito insular y regional. El producto final se presenta en las variedades de fresco, semicurado y curado, de una sola leche o de mezclas.



(1) La flor de mayo leñosa fue descubierta por el insigne botánico Eric Sventenius en 1947 mientras realizaba exploraciones por los riscos y cumbres de Tenteniguada. Ya desde esa época alertó sobre el lamentable estado de conservación de la planta, al encontrar sólo dos ejemplares de la especie. En 1984 fue designada como una de las doce especies de flora y fauna más amenazadas del mundo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).


(2) SUÁREZ MARTEL, J. (1996): Aportaciones a la historia de Valsequillo, Ilmo. Ayuntamiento de Valsequillo. Las Palmas de Gran Canaria.


(3) Instituto de Estadística de Canarias. 2005


(4) SUÁREZ MARTEL, J.(1996): Op. Cit , p. 73.

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