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Vega de San Mateo

El municipio de la Vega de San Mateo se localiza en la zona de medianías de barlovento de la isla de Gran Canaria. Se accede a él por la carretera del centro (GC-15), que discurre desde Las Palmas de Gran Canaria hacia Tejeda, pasando por la Villa de Santa Brígida. Durante el trayecto, se puede observar un paisaje rural de gran belleza. En el pasado, la subida hasta este pueblo resultaba más fatigosa, aunque el ascenso bien valía la pena, según cuenta Olivia Stone: "Algunos kilómetros más adelante, a veinte de Las Palmas, llegamos a San Mateo, un pueblo pequeño y fresco, ubicado en un valle en medio de montañas, que tiene unos 3.800 habitantes (1887) en el municipio, aunque el pueblo en sí tiene solamente quinientas sesenta y cuatro personas. Al llegar, como habían avisado de que veníamos, descubrimos que la maestra de escuela nos estaba esperando, la única persona que podía ofrecernos alimento y cama", "…es un lugar adorable. El agua baja de las montañas en hilillos por los diversos valles que lo rodean, formando cascadas y arroyos y cañadas de belleza exquisita".(1)

El pueblo de San Mateo se sitúa a 22 kilómetros de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y a una altitud media de 850 metros sobre el nivel del mar. Colinda con los términos municipales de Valleseco, al norte; Tejeda, al oeste; San Bartolomé de Tirajana, al sur; Villa de Santa Brígida, al noreste, y Valsequillo, al este. Junto a los municipios de Tejeda, Valsequillo y Villa de Santa Brígida, conforma la Mancomunidad de Municipios de Medianías de Gran Canaria.

Los principales barrios de este municipio son: el casco, La Bodeguilla, Risco Prieto, Aríñez(2), Utiaca, La Lechucilla, La Lechuza, Cueva Grande, Las Lagunetas y Camaretas. Otros pagos del municipio son: Acequia Marrero, Casa de la Cal, Casa Quemada, Los Corraletes, Cruz de Tejeda, Cruz del Herrero, Cruz del Saucillo, Cuatro Caminos, El Arenal, El Calero, El Chorrillo, El Estanco, El Gallego, El Hornillo, El Lomito, El Mesón, El Piquillo, El Portillo, El Solís, El Vinco, Galaz, Hoya de los Ajos, Hoya del Gamonal, Hoya Navarra, Hoya Viciosa, La Asomada, La Corte, La Higuera, La Sequera, La Solana, La Veguetilla, La Yedra, Las Cuevas, Las Longueras, Las Pitas, Las Vegas, Lomo Aljorradero, Lomo Caballo, Lomo Los Ingleses, Los Chorros, Pajaritos y San Francisco.

La población ha experimentado un notable crecimiento en las últimas décadas, ascendiendo en 2006 a 7.661 su número de habitantes. El ascenso demográfico se ha concretado sobre todo en el casco del municipio y en el barrio de Utiaca.

Su superficie es de 37,89 kilómetros cuadrados, lo que supone el 2,5% del total de la extensión insular. Casi la mitad de su territorio se halla protegido por diversas figuras recogidas en la Ley Canaria de Protección de Espacios Naturales(3) y en él se encuentran las mayores altitudes de la isla, como son el Pico de Las Nieves, a 1.961 metros sobre el nivel del mar, y el Pico de Los Pechos, a 1.945 metros.

El clima es propio de la zona de medianías de barlovento de Gran Canaria, y se caracteriza por unas temperaturas elevadas en los meses de estío y relativamente bajas en el invierno -en la parte más alta del municipio llega a nevar en ocasiones-. Existe una gran oscilación térmica. Las lluvias son abundantes -superan los 600 mm(4) anuales- y el mar de nubes del alisio deja una notable precipitación horizontal en forma de niebla que invade barrancos, lomos y montañas de gran interés geomorfológico, botánico y faunístico.

Algunos de los hitos morfológicos más destacados del municipio son el Barranco de La Mina, Montaña Cabreja, Roque Saucillo, Hoya del Gamonal, el Pico de Las Nieves, Monte Constantino y Hoya de Camaretas, entre otros.

La flora potencial predominante se encuentra representada por la laurisilva y por el fayal-brezal. También, están presentes el pinar y el retamar-codesar (Adenocarpus foliolosus y Teline microphylla), este último incluso acompañado del escobón (Chamaecytisus proliferus).

Tinamar fue el nombre dado a esta zona de la isla en tiempos prehispánicos. Conjuntamente con Santa Brígida, constituyó una única unidad administrativa tras la conquista de la isla de Gran Canaria, a la que se denominó La Vega. A su vez, este espacio se dividió en tres áreas: la Vega de Arriba, que correspondía al actual término municipal de la Vega de San Mateo; la Vega de Enmedio, que abarcaba las inmediaciones del Madroñal, y la Vega de Abajo, que representaba el actual municipio de la Villa de Santa Brígida.

Según Suárez Grimón(5) , hasta el siglo XVIII se carece de suficiente documentación sobre el municipio. Las primeras noticias datan de 1736, y dan cuenta de la existencia en este lugar de una ermita que está bajo la advocación de San Mateo. Dicho templo, se convierte en parroquia el 25 de octubre de 1800, bajo el obispado de Verdugo. Tras este logro, se inicia en la Real Audiencia, el 22 de diciembre de 1800, el expediente para la creación del municipio. Pocos años después -en 1801- éste obtiene su independencia administrativa de Santa Brígida, confirmada con posterioridad, en 1812, por las Cortes de Cádiz, funcionando así desde principios del siglo decimonónico como entidad municipal independiente.

En la actualidad, la economía del municipio se sustenta, principalmente, en el sector servicios y, en menor medida, en la construcción. Antaño fueron muy importantes, y todavía en cierta medida lo siguen siendo, las actividades primarias de ganadería y agricultura.

En la Vega de San Mateo se localizan, dispersas en el territorio, pequeñas explotaciones ganaderas productoras de exquisitos quesos tiernos y semicurados, de leche de vaca y, principalmente, de cabra y de oveja. Mención aparte merece la feria de ganado que cada 21 de septiembre exhibe los mejores ejemplares de la comarca y de sus alrededores.

Las explotaciones agrarias se dedican a una producción destinada a abastecer, fundamentalmente, al mercado local. Destacan las frutas -duraznos, ciruelas, cítricos, peras, manzanas y uvas-, las hortalizas -cebollas, puerros, lechugas, pimientos, coles y calabacines- e importantes producciones de papas. La agricultura florece en San Mateo gracias a la calidad de sus tierras de labor y a la abundancia de sus recursos hídricos. Se cultiva en fértiles vegas como la que da nombre al municipio o como las de Las Lagunetas y Utiaca; también, en las hoyas de Camaretas y del Gamonal, así como en buena parte del lecho de los barrancos de La Mina, del Guiniguada y de La Higuera.

"El agua abunda y, por lo tanto, está exuberante. Dimos un agradable paseo subiendo por un pequeño barranco cubierto de hierba, donde solamente había algunas higueras pero abundante verdor. El agua de este barranco no procede de las montañas del fondo, como sería de suponer, sino que viene a través de una galería a la izquierda, que se ha horadado para traerla desde el Charco del Naranjo. Barranco arriba hay un espléndido bosque llamado El Calero. Los habitantes de Las Palmas hacen excursiones y meriendas en verano a estos encantadores manantiales, cascadas y bosques, aunque entonces no hay, por supuesto, tanta agua como ahora"(6). Pese a que el acuífero se ha reducido considerablemente, la riqueza hídrica de la zona aún se mantiene. Todavía quedan barrancos por los que discurre el agua de manera permanente, caso del Barranco de La Mina, cuyo caudal se origina en la galería de agua del mismo nombre que comunica al mencionado barranco con la cuenca de Tejeda.

Según Díaz Rodríguez, la ejecución del canal que cruza desde Tejeda hacia la Vega de San Mateo se adjudicó de la siguiente manera: "…su apertura a Vasco López y a Tomás Rodríguez, quienes la ejecutaron trayendo el agua desde Tejeda a la vertiente de San Mateo, por Hoya Becerra (La Cumbre - La Mina), llegando aproximadamente en 1526"(7).

Existen, también, algunos nacientes en el propio término municipal. El agua de estos manantiales, que discurre barranco abajo, favoreció la existencia de molinos de agua para la elaboración de gofio. Cabe destacar entre ellos el Molino de Arriba o de la Boca del Túnel; el Molino de Abajo o del Túnel; el Molino del Puente o de Arriba de Las Lagunetas; Molino de Cho Gutiérrez o de Enmedio de Las Lagunetas; Molino Quintito o de Abajo de Las Lagunetas; Molino de La Yedra y Molino de la Hacienda, todos ellos situados en el Barranco de La Mina o Guiniguada Alto. También, había molinos en el Barranco de La Lechuza. Actualmente, el gofio se elabora en molinos que se hallan situados en el Casco y en Las Lagunetas.

Su conjunto de construcciones vernáculas, dispersas por todo el municipio, forma parte de la gran cantidad de recursos del patrimonio etnográfico, histórico y natural con el que cuenta la Vega de San Mateo. Digno de visitar es el hotel rural-museo La Cantonera, situado en pleno casco municipal. De entre sus edificios más emblemáticos, cabe destacar la Iglesia de San Mateo y la Ermita de Lourdes, que junto con la Alameda de Santa Ana, el Quiosco de la Música y el Ayuntamiento, conforman un interesante núcleo de arte neocanario. La iglesia está bajo la advocación de San Mateo, y su espadaña y cuerpo de campanas fueron realizados por Luján Pérez, también autor de algunas de las esculturas religiosas presentes en este templo. Se trata de un edificio de dos naves con casi cien años de diferencia constructiva (1800 y 1895).

Las principales efemérides del municipio conmemoran el día de la Virgen de Fátima, el 13 de mayo, que llena el lugar de coloridas alfombras y, el 21 de septiembre, la festividad de su patrono, San Mateo, en la que destacan la singular bajada del vino, la divertida carrera de carretones, el tradicional baile de taifas y la importante feria de ganado. Además, durante el primer domingo de julio, se celebra la fiesta del agricultor, en la que se representan la tradicional "ordeñá" de vacas y la trilla de cereales con caballos. En el barrio de Las Lagunetas, tiene lugar, asimismo, la famosa fiesta de Los Indianos, que recuerda la emigración canaria a Cuba. Otras celebraciones que deben reseñarse son las de La Cruz, la primera semana de abril; la de Santa Mónica, en Utiaca, la primera semana de mayo, y la fiesta de "Los Finados" en octubre.

Posee el municipio una bien ganada fama en relación con su producción artesanal: mimbre, calados, hilados de lana, cerámica, cuero, cuchillería y madera -ebanistería y carpintería-. Brilla con luz propia su mercadillo municipal, que alberga un gran ambiente durante los fines de semana y al que acuden miles de visitantes procedentes de diversos puntos de Gran Canaria e, incluso, de fuera de la isla para comprar quesos, verduras y frutas frescas "del país".

La gastronomía de la Vega de San Mateo destaca por sus quesos: los curados, los semicurados y, sobre todo, los tiernos. Estos productos lácteos se realizan con leche de cabra, de oveja y de vaca, e incluso a partir de la mezcla de leche de varios animales. El vino está adquiriendo, asimismo, gran notoriedad en la antigua Vega de Arriba, y una buena prueba de ello es el notable crecimiento de la superficie de viñedos en la zona. Existe una bodega comarcal propia y los vinos están recogidos dentro de la denominación de origen de Gran Canaria. En los diferentes bares y restaurantes del municipio se pueden saborear sabrosos y nutritivos potajes de berros, de jaramagos y de verduras. Las carnes son de excelente calidad y constituyen un producto muy demandado. Por último, se deben reseñar el bienmesabe y otros dulces de almendra (almendrados), propios de la afamada repostería de la zona.



(1) Stone, O.M. (1995): Tenerife y sus seis satélites. Ed. Cabildo Insular de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria; pág. 122.


(2) Este barrio aparece citado por vez primera en 1737, en las Constituciones Sinodales del Obispo Dávila Cárdenas.


(3)· Los espacios protegidos del municipio son:
· Reserva Natural Especial de Los Marteles (75 ha)
· Parque Rural del Nublo (153,7 ha)
· Monumento Natural Riscos de Tirajana (34,8 ha)
· Paisaje Protegido de Pino Santo (148,7 ha)
· Paisaje Protegido de Las Cumbres (1.628,5 ha)


(4) mm = milímetros de precipitación


(5) SUÁREZ GRIMÓN, V. (1992): "Los orígenes de los municipios en Gran Canaria". Revista Vegueta, nº1. Las Palmas de Gran Canaria.

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