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Villa de Santa Brígida

Superficie: 23,81 kilómetros cuadrados
Altitud: 520 msnm
Habitantes: 18.971 habitantes (Fuente: ISTAC enero 2013)
Distancia a la capital: 14 Km.
Web del ayuntamiento: http://www.santabrigida.es/

Situación

La Villa de Santa Brígida se sitúa a 14 kilómetros de Las Palmas de Gran Canaria, cruzando la isla a través de la Carretera del Centro, una vía interior de agradables vistas panorámicas que ofrece a los visitantes paisajes de una singular belleza. Tras atravesar la zona residencial de Tafira, la carretera conduce al Monte Lentiscal y llega al casco del municipio.

Santa Brígida se extiende en una superficie de 23,81 kilómetros cuadrados y se sitúa entre los 350 y los 900 metros de altitud. Limita con los municipios de Las Palmas de Gran Canaria, Teror, San Mateo, Valsequillo y Telde.

La mayor parte del territorio municipal se encuentra en la Cuenca del Guiniguada, que constituye una de las redes de barrancos más importante de la isla, formada por la acción erosiva de las lluvias sobre el terreno, y por tanto, el relieve de Santa Brígida es muy accidentado. Su núcleo urbano se sitúa en un barranco con bellos palmerales, origen de su toponimia prehispánica: Sataute.

Las erupciones volcánicas han dejado también su huella en el municipio, en forma de calderas como la de Bandama y Pino Santo. Estas calderas son depresiones del terreno que se originaron en las violentas explosiones producidas al mezclarse el magma que subía hacia la superficie con las aguas subterráneas. Otras manifestaciones de actividad volcánica en Santa Brígida son las piconeras, tobas y conos volcánicos que proliferan por su geografía.

Poblaciones

El Gamonal, La Angostura, La Atalaya, El Madroñal, Monte Lentiscal, Pino Santo Alto, Pino Santo Bajo, Lomo Espino, Las Meleguinas, San José de las Vegas, Las Goteras (compartido con Telde), Llanos de María Ribera (compartido con Las Palmas de Gran Canaria). 

Historia

Fundada en el siglo XVI, Santa Brígida se convirtió en un lugar atractivo para pobladores, inmigrantes y colonizadores desde el Renacimiento y cobró identidad propia en uno de sus períodos de mayor esplendor, en el auge del cultivo de la caña de azúcar, cuando se construyó su ermita.

Desde los remotos tiempos de la conquista, Santa Brígida había cobijado a agricultores, esclavos, artesanos, comerciantes, clérigos, militares, colonos e intelectuales, pero alcanzó una relevancia especial en la historia de Canarias por haber sido capital y cuartel general de la isla durante una semana, el tiempo que tardó en expulsar y derrotar a la escuadra más poderosa que jamás surcara las aguas del archipiélago, la armada holandesa capitaneada por el almirante Pieter Van Der Does.

El aumento de la población de Santa Brígida fue notable en el siglo XVII y posteriores y se convertía en la tercera población de Gran Canaria, tras la capital y Telde.

La belleza del lugar y la benignidad del clima hicieron de Santa Brígida el lugar de recreo de los habitantes más pudientes de la zona, además de la despensa hortícola de la ciudad y un destacado centro de contratación de vinos con los que se brindaba en toda Europa. El potencial hidráulico de la Vega, en la actualidad muy mermado, y la riqueza del suelo dieron como resultado un régimen de cultivos centrado básicamente en las papas, las verduras y los árboles frutales (especialmente perales y naranjos), que se mantuvo hasta la década de los veinte del siglo pasado.

También destacaba el municipio por su salubridad, puesto que era el refugio ideal para escapar de las epidemias que periódicamente azotaban la capital (Benito Pérez Galdós pasó aquí parte de su infancia por esta razón) y por su capacidad terapéutica para el tratamiento de enfermedades cutáneas, tuberculosis e incluso estrés.

A partir de los sesenta y setenta, la crisis agrícola y el desarrollo turístico del sur de Gran Canaria –amén de la cercanía del municipio a la capital- marcaron el destino de Santa Brígida como zona de especulación para el desarrollo urbanístico.

Museos y Centros de Interés Cultural

El primer camino de tierra que abrieron los conquistadores partía de El Real de Las Palmas, muy cerca de la Catedral, y llegaba hasta la misma puerta de la Ermita de Santa Brígida, construida en una zona denominada El Espolón. Si se pasea por el casco del pueblo, es fácil ver la Iglesia Parroquial de Santa Brígida, edificada sobre los restos de esta primera ermita, que se fundó en 1522 y desapareció en un incendio. El templo presenta un exterior con características neogóticas y un interior que muestra características severas que responden a la estructura antigua.

Muestras del rico patrimonio arquitectónico de Santa Brígida asociadas al sector vitivinícola son numerosos lagares y bodegas que forman parte de la ruta del vino y que se extienden por la zona de Monte Lentiscal, un área incluida dentro del Paisaje Protegido de Tafira y que recibió la denominación de origen de sus vinos en el año 1999.

En la zona de La Atalaya también se encuentran numerosos enclaves de interés, dado el carácter alfarero del área y su interés etnográfico, ya que la alfarería tradicional de la zona recupera y fortalece los métodos aborígenes. En el casco histórico del barrio de La Atalaya es posible visitar la Casa Alfar de Panchito, por ejemplo, que fomenta el recuerdo de esta tradición.

Finalmente, en el mapa orográfico del municipio destaca el monumento natural de Bandama, una caldera volcánica apagada con una profundidad de unos 200 metros y de un diámetro de un kilómetro, que ofrece a los visitantes importantes vistas de las zonas centro y este de la isla.

Economía

Santa Brígida ha dejado ya de ser la despensa de la capital y gran parte de los recursos que dedicaba a la agricultura y ganadería se han abandonado. Hoy en día, las actividades comerciales, las características de La Vega y su población difieren mucho de las de hace apenas cincuenta años. De un censo de poco más de 6.000 habitantes, cuya principal ocupación era el campo, el municipio ha pasado a más de 20.000 habitantes, mayoritariamente jóvenes, en muchos caso con trabajo en la capital y sin ninguna relación con la actividad agropecuaria.

A partir de los años sesenta, múltiples factores han hecho que las urbanizaciones hayan ganado terreno a la agricultura y cambiado también el perfil del municipio, moderno y tradicional al tiempo.

Santa Brígida es también un municipio de gran tradición artesanal en la alfarería y especialmente en la elaboración de cacharros de barro y otros cuencos. En la actualidad, muchos jóvenes mantienen viva la tradición siguiendo la técnica aborigen.

Además de la loza, se preservan en Santa Brígida otras tradiciones artesanales como la fabricación del timple, en el que se utilizan diferentes maderas (nogal, naranjos, palosanto), y la realización de calados canarios y borados, al igual que la elaboración de escobas con hojas de palma.

Gastronomía

La actividad agrícola y ganadera de la Villa de Santa Brígida permite ofrecer al visitante ricos platos de carnes a la parrilla, potajes de verduras y exquisitos caldos, pero en la zona es característica la elaboración artesanal de productos como la miel, la mermelada de frutos de la zona y la repostería basada principalmente en miel y almendras.

Entre los productos gastronómicos más reputados del municipio se encuentran los bizcochos lustrados, las salchichas Mano de Hierro, el gofio y los vinos del Monte, que tiene su propia ruta por las bodegas de la región.

Restaurantes, mesones y bodegas con tradición canaria ofrecen a los visitantes la mejor selección de platos típicos y un ambiente y entorno muy agradables, en los que el clima húmedo del campo y los vergeles naturales invitan a calentar el estómago con las especialidades del área y sus buenos vinos.

Ecología

Actualmente Santa Brígida es una mezcla de pasado agrícola y presente residencial, al convertirse en ciudad dormitorio para aquellos que quieren evitar las prisas y aglomeraciones de la gran urbe en la que se ha convertido la capital.

La ubicación de la Villa en las medianías del Noreste de Gran Canaria, entre la costa y la cumbre, tiene como resultado que el clima en general sea templado y bastante húmedo, primaveral, con temperaturas que oscilan entre los 15 y los 22 grados centígrados.

Las variaciones de altitud de este municipio producen modificaciones significativas en el clima y dividen el municipio en zonas templada-seca y templada-húmeda. En ésta última se produce un fenómeno meteorológico denominado mar de nubes, resultado de la condensación de la humedad que llevan los vientos alisios del noroeste al enfriarse conforme suben y que consiste en la formación de un manto de niebla espesa que se mantiene a baja altura. La existencia de este fenómeno deja una cantidad de agua muy importante en el terreno, que incluso llega a superar a la cantidad de agua aportada por las lluvias, cuya media anual se encuentra en unos 500 milímetros.

Debido a la existencia de este microclima particular y su salubridad, esta comarca fue en tiempos, aparte de despensa de la capital, una zona ideal en la que refugiarse de las epidemias que atacaban la urbe y una villa-sanatorio donde tratar enfermedades cutáneas, tuberculosis y estrés.

Los alrededores de Santa Brígida casco ofrecen paisajes de extraordinaria belleza. La zona de Monte Lentiscal se caracteriza por la abundancia y variedad en las especies arbóreas (lentiscos, almácigos, mocanes, madroños, dragos, acebuches, sabinas), que han dado lugar a diferentes topónimos en la zona. Actualmente este bosque ha disminuido a causa de la masiva construcción y destaca el cultivo de la vid, aunque el perfil agrario de la zona ha cambiado y, como se menciona anteriormente, ésta se ha convertido, básicamente, en una ciudad dormitorio de más de 20.000 habitantes.

Patrimonio

Son numerosos los rastros de la cultura prehispánica que se pueden visitar en el municipio de Santa Brígida, zona de Gran Canaria donde la historia se refleja aún en el entorno natural.

Uno de los lugares que muestran el pasado aborigen del municipio es la Cueva de los Frailes, que se encuentra situada junto al puente de la Calzada, excavada en el volcán de la Caldereta. Los alrededores del puente de la Calzada y el barranco en el que se sitúa tuvieron un significado muy importante para sus habitantes prehispánicos y, por tanto, los yacimientos con restos de su cultura menudean en la zona.

La Cueva de los Canarios, situada en la pared norte de la Caldera de Bandama, era utilizada por los antiguos canarios como granero y en ella también se hallan importantes inscripciones líbico-bereberes conocidas desde el siglo XIX.

El Valle de La Angostura y Las Meleguinas ofrecen numerosas huellas aborígenes de interés. Se trata de grupos de cuevas excavadas en roca, silos y veredas y su importancia es tal que ha motivado la declaración de la comarca como Bien de Interés Cultural.

En las cercanías de La Angostura se halla el conjunto arqueológico del Tejar. Recibe su nombre de un antiguo horno de tejas existente desde el siglo XVI. En él se pueden apreciar los restos de un muro de piedra seca que sugieren la existencia de una casa aborigen o la formación de un túmulo funerario. Asimismo, se han hallado piezas de cerámica, vasijas o tallas y curiosas pintaderas.

Finalmente, el barrio alfarero de La Atalaya era uno de los poblados aborígenes más importantes de la zona y mantiene su tradición artesanal desde su pasado prehispánico.

Tradiciones y Fiestas

Aunque existe una especial devoción a la Virgen del Rosario en la localidad, ya que se le atribuye parte del éxito del municipio durante la lucha con Van Der Does, la patrona del municipio es, desde la apertura de su iglesia en 1525, Santa Brígida. Se cree que la devoción a esta santa, procedente el norte de Europa, fue introducida en el municipio por las familias irlandesas que se refugiaron en Gran Canaria huyendo de la persecución religiosa de Isabel I de Inglaterra. Su fiesta se celebra el primer sábado de agosto.

Probablemente, la fiesta más peculiar y conocida de Santa Brígida sea la Traída del Barro que se celebra en el mes de julio en La Atalaya. La ancestral recogida del barro se convierte cada verano en un acontecimiento multitudinario, que recuerda el proceso por el que los artesanos consiguen su materia prima y la cargan hasta sus cuevas para elaborar la cerámica.

Otras festividades importantes del municipio son las de San Antonio de Padua (13 de junio), Nuestra Señora de la Salud (agosto), la Bajada al Velero (bajada al lavadero del barrio de Las Meleguinas, en agosto) y Los “Finaos” (primero de noviembre).

Fecha Lugar Descripción
13 de mayo Pino Santo Bajo Vírgen de Fátima
13 de junio   San Antonio
Finales de junio El Gamonal Corazón de Jesús
Julio   La Traída del Barro
16 de julio Las Meleguinas y La Angostura Nuestra Señora del Carmen
Primer domingo de agosto   Santa Brígida
Agosto Pino Santo Alto Nuestra Señora de la Salud
Finales de agosto Las Meleguinas

Bajada al Velero

Septiembre La Atalaya Fiesta del Cristo
12 de octubre El Madroñal Vírgen del Pilar
Turismo

Además de las bellezas naturales, Santa Brígida ofrece otro gran atractivo a sus visitantes: la ruta del vino que se desarrolla entre Bandama y el Monte Lentiscal. En esta zona podemos encontrar diversas bodegas donde degustar los famosos vinos del Monte, de los cuales ya más de una docena de marcas cuenta con denominación de origen.

Desde aquí se puede continuar por la Caldera de Bandama. En el mapa orográfico del municipio destaca este monumento natural, una caldera volcánica apagada con una profundidad de unos 200 metros y de un diámetro de un kilómetro, que ofrece a los visitantes importantes vistas de las zonas centro y este de la isla. Además de su peculiaridad y encanto, el ascenso a la caldera permite observar fincas dedicadas al cultivo de la vid, emplazadas en terrenos lávicos, el denominado picón.

El senderismo es una manera fácil y tranquila de adentrarse en los parajes naturales del municipio y existen numerosos caminos reales y rutas a seguir. Algunas de ellas son las que van desde Las Cordilleras a la Ermita del Carmen, desde el barrio de La Culata a Bajo Risco, desde La Atalaya hasta la Carretera del Centro o desde la Iglesia de Santa Brígida a Los Silos.

También existe una senda interpretativa desde el Puente de Las Meleguinas hasta el Drago de Barranco Alonso, gestionada por la empresa local Gramc S.L.L.; un antiguo camino real para la peregrinación a Teror y una ruta especialmente interesante en El Gamonal, en la que se pueden contemplar sus acueductos.

Finalmente, todos los sábados y domingos por la mañana, abre las puertas del mercadillo agrícola y artesanal de Santa Brígida y en él se pueden adquirir productos de la tierra como una gran variedad de quesos, pan de campo, mermeladas y mieles artesanales y una variada repostería.

Para más información, visita la web de este municipio en el Patronato de Turismo de Gran Canaria.

Agenda de teléfonos

Ayuntamiento: 928 640 072 - 928 648 181
Policía local: 928 640 061
Policía Nacional /Guardia Civil: 928 661 372
Centro de Salud: 928 644 525
Parada de taxi: (del casco) 928 640 176 - (del monte) 928 350 163
 

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