Cruz Timagada - La Culata - Tejeda
CARACTERIZACIÓN GENERAL. La Culata es, después del casco de Tejeda, la segunda población en número de habitantes de este municipio, con 356 vecinos.
Debido a los profundos barrancos y a las fuertes pendientes de la zona, el agricultor ha tenido que adaptarse, modelando para ello el relieve, siendo los derrubios de ladera y coluviones casi las únicas zonas factibles para desarrollar la actividad agrícola. En tales zonas se han tenido que levantar muros de piedra seca, reconvirtiendo así laderas en terrazas de cultivo, fácilmente visibles durante nuestro paseo.
Otro elemento destacable es la arquitectura popular de las viviendas, algunas de dos plantas, como se aprecia cuando descendemos en el segundo tramo, en dirección al pueblo de Tejeda. En la planta superior, unidos por una galería exterior, antiguamente se situaban la cocina, un salón comedor y las habitaciones; la planta inferior, además del baño, albergaba otros espacios de uso cotidiano, como el almacén, la quesería y el alpendre o la cuadra para animales, existiendo cercano a la casa un horno para hacer pan. Evidentemente, muchas de estas antiguas viviendas han sido remodeladas y, aunque siguen manteniendo su fisonomía externa, por dentro han variado su uso y distribución.
La iglesia se erige en honor a la Virgen de Fátima, que según cuenta la tradición oral fue traída a hombros por el cura de San Mateo en la década de los 50 del pasado siglo. En La Culata, en la margen derecha del Barranco de Tejeda, en la zona conocida como "Barranco del Tión" se encontraba el molino más antiguo de Tejeda, con más de 200 años de antigüedad, siendo éste, además, el primer molino en erigirse en el municipio y el que ocupaba una posición más alta dentro de la caldera. Cuenta J.M. Díaz Rodríguez en su libro "Molinos de agua en Gran Canaria, año 1989", que "...el primer propietario del que se tiene noticia es Francisco Pérez, que en el siglo pasado vendió a José Trujillo y éste, en 1927, a Antonio Sarmiento, indiano que acababa de llegar de Cuba con todos sus numerosos hijos. En esta fecha ya el molino era doble, con dos pares de piedra y dos cubos...". Inactivo desde los años 60, y restaurado años después, parte de él fue arrastrado por el barranco debido a unas fuertes lluvias.
Gracias a la presencia de nacientes de agua, La Culata es, sin duda, uno de los barrios de Tejeda más favorecidos para el desarrollo de la agricultura, destacando sus cultivos de papas, millo, judías y frutales. En esta última categoría, hay que hacer especial mención al almendro. Es en invierno cuando los almendros florecen, llenando de color el paisaje, pero es al final del verano cuando se recolecta su fruto. Los hombres, golpeando con una caña las ramas, lo hacen caer y, posteriormente, mujeres y niños lo recogen del suelo. Antaño se recogían primero los frutos más visibles, que eran guardados y llevados en cestas, dejando para una segunda ronda los que quedaban más escondidos. Con la ayuda de cabras, que iban limpiando el matorral, se iniciaba la tarea de "espigar", es decir, rebuscar entre los matos y hierbajos aquellos que habían quedado ocultos.
La pipa del fruto, lo que conocemos como almendra, tenía que estar separada de su cáscara antes de la llegada de la Navidad, por lo que en invierno se organizaban grupos de vecinos que se empleaban en descascarar la almendra y en partirla para extraer la pipa. A partir de este fruto se elabora una extensa repostería -bienmesabe, mazapanes, turrones, mantecados, etc.- muy afamada en toda Canarias.
La ganadería, ovina y caprina, como complemento a la actividad agrícola, presenta una cierta importancia, ocupando "vueltas" cercanas al caserío de Las Casas del Lomo y a Timagada, algo que es posible apreciar en el trayecto que va desde la Cruz de Timagada hasta La Culata.
Plano del camino
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Perfil del camino
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Descripción del camino
Tramo 1: Cruz de Timagada - La Culata
En la carretera que une Ayacata con Tejeda, a un kilómetro y medio, pasado el Cruce del Aserrador en dirección a Tejeda, en una curva (km 9) que hay junto a una casa con techo a dos y cuatro aguas, comienza el camino (PR-GC-80). Un ligero ascenso (dirección norte) nos sitúa junto a la Cruz de Timagada, con el Roque Nublo detrás, en lo alto, como fiel vigía de la gran Caldera de Tejeda.
A partir de aquí se inicia el sendero, bien señalizado, empedrado al principio con muros de piedra a ambos lados, y que muestra unas estupendas vistas de la caldera a nuestra izquierda, con el pueblo de Tejeda al fondo. A unos 200 metros, una especie de cavidad con una cruz en su interior nos indica que estamos en el buen camino. El paisaje se caracteriza por la presencia de retamas, escobones y almendros, abundantes en esta zona.
Nos encontramos con un cruce de caminos que nos permite seguir hacia La Culata o atajar directamente hasta el pueblo de Tejeda. Al noroeste, podemos vislumbrar el Bentayga. Seguimos llaneando en dirección E, hacia La Culata, avistando bajo nuestros pies el caserío de las Casas del Lomo y, más al norte, a la izquierda de nuestra marcha, el pueblo de Tejeda.
Poco a poco vamos descendiendo en cota, para en una curva cerrada del camino, girar en dirección SE y ver el barrio de La Culata. La bajada empedrada se pronuncia un poco más hasta cruzar un barranquillo en el que los saos (Salix canariensis) indican la presencia de agua, encontrándonos con un pequeño manantial y un abrevadero. A partir de aquí, volvemos a ascender hasta dar con el muro de piedra que cierra un finca (la iglesia aparece al frente), y pasar por delante de una casa.
Por una pista a la izquierda, y tras recorrer 20 metros por un sendero a nuestra derecha, seguimos hasta una nueva bifurcación de caminos, tomando el que está a nuestra izquierda y cruzando el barranco. Subimos luego a las primeras casas del barrio de La Culata, justo en frente de la parada de guaguas.
Tramo 2: La Culata - Tejeda
A partir de la iglesia, en dirección norte, y por carretera asfaltada, llegamos a una curva pronunciada hacia la derecha (a un kilómetro aproximadamente). Justo en la izquierda de la vía, dos carteles señalan el nuevo sendero a tomar. Empedrado al principio, iniciamos la bajada -no debemos coger la desviación de camino a la derecha- para, llegados a una pista hormigonada, seguir descendiendo unos 30 metros y volver a coger otra senda que aparece a nuestra derecha.
Al llegar a un llano, una nueva indicación nos vuelve a introducir en un sendero que ahora sale a nuestra izquierda, hasta que nos encontramos con una tubería de mampostería. Giramos, entonces a la izquierda y un cartel nos indica que debemos seguir descendiendo. Pasamos junto a un viejo moral, para cruzar el barranco y seguir el sendero que continúa ahora junto a un muro de piedra seca, casi paralelo al cauce, hasta llegar a una pista de tierra. Continuamos bajando por ésta a la derecha, hasta encontrar a la izquierda de nuestra marcha un gran muro de piedra que cierra una finca a pocos metros vemos de nuevo la conexión del camino que une la Cruz de Timagada con Tejeda sin tener que pasar por La Culata. Nosotros seguimos hacia Tejeda, cruzando de nuevo el cauce del barranco hasta la carretera asfaltada (km 3 GC-60). Desde aquí, y por esta vía, en un kilómetro aproximadamente, entramos en el casco de Tejeda.
El escobón (Chamaecytisus proliferus)
Arbusto de la familia de las leguminosas, de hojas pecioladas y flores en fascículos axilares de color blanco. El fruto es una legumbre comprimida que se pone negra cuando madura. Muy abundante en todas las islas, salvo en Lanzarote y en Fuerteventura, se extiende especialmente en las cumbres, dando lugar a formaciones densas, que se fusionan con los pinares. También, es frecuente encontrar ejemplares sueltos, mezclados con la retama y con el codeso.
Por su elevada valía como planta forrajera, ha sido incluso cultivada en zonas agrícolas, siendo apreciada por su valor nutritivo, e incluso se ha exportado a otros lugares del mundo como Sudáfrica y Nueva Zelanda.
Antiguamente, eran las maderas obtenidas del almendrero, junto con la del escobón, las más codiciadas. Los carboneros sabían de su alto rendimiento, pues el carbón obtenido de estas especies pesaba más que ningún otro y las brasas que generaban también duraban más, por lo que los consumidores que compraban el carbón obtenido del escobón, estaban dispuestos a pagar un precio más alto por el mismo.
El mosquitero (Género Phyllocopus)
El mosquitero es un pájaro de pequeño tamaño que presenta en Canarias una subespecie del mosquitero común (Phyllocopus collybita), denominado mosquitero canario (Phyllocopus canariensis). Éste es más oscuro que el común, de menor tamaño (10 cm) y con unas alas más redondeadas.
Muestra unas partes superiores pardo-oliváceas, e inferiores crema o amarillentas; el pico es de color negro y las patas son de una tonalidad parda.
Presenta un canto rápido y ruidoso, de notas muy parecidas entre sí, y suele localizársele en ambientes no excesivamente áridos, donde existan matorrales abiertos; también, es frecuente verlo en zonas de cultivo e, incluso, en jardines.
Se trata de un pájaro sedentario que cría entre los meses de enero y junio. La puesta consta de 5 a 7 huevos, que incuba la hembra durante 13 ó14 días. Es muy abundante en las islas, salvo en Fuerteventura y Lanzarote, en donde se ha descrito otra subespecie, la exul, que se cree extinguida.
Otras especies de mosquitero, como el denominado mosquitero común, mosquitero musical, el papialbo o el silbador, tienen presencia en las islas, aunque en mucha menor medida.
