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Ruta 10: Artenara - Cruz de Tejeda

Cruz de Tejeda - La Isa - Tejeda

CARACTERIZACIÓN GENERAL. Este recorrido se inicia en una de las encrucijadas de caminos más importantes que existe en la isla de Gran Canaria. La Cruz de Tejeda además de ser un lugar de obligado de paso, también es la parada habitual de aquellos que transitan por la cumbre de la isla. Puestos de artesanía y productos típicos de Tejeda, restauración, un hotel rural y el Parador Nacional cubren la oferta en esta destacada confluencia de carreteras y senderos.

La vegetación que encontramos durante nuestra ruta es la que mayormente caracteriza al paisaje vegetal de esta zona, destacando la presencia de retamas amarillas (Teline microphilla) que en primavera llenan de color el lugar, junto al no menos llamativo codeso (Adenocarpus foliolosus), también de floración amarilla. Llegados al meridiano de nuestra travesía, otras especies vegetales que podemos observar en mayor número son el escobón (Chamaecitysus proliferus) y la tabaiba amarga (Euphorbia regis-jubae), claros indicadores de que, en un pasado, ésta fue una zona de pastoreo muy frecuentada. En algunas paredes, la existencia de especies rupícolas se hace patente.

Durante el trayecto, se aprecian algunas construcciones ligadas a las actividades de un pasado no muy lejano. Una pedrera rememora la construcción de la carretera y, más abajo, en la zona de La Isa, los estanques y las terrazas de cultivos, la mayoría hoy abandonados, nos trasladan a unos tiempos en los que la agricultura se erigía como actividad principal.

Las vistas durante este recorrido son extraordinarias. Así, podemos observar en diferentes momentos de la marcha algunos de los hitos geomorfológicos más relevantes de la Caldera de Tejeda, como son el Roque Bentayga, el Roque Nublo, El Fraile, La Rana o el Morro de la Fogalera.

Antes de bajar el último tramo de esta ruta, pasada una cruz que durante la noche destella en lo alto del pueblo, tenemos la oportunidad de deleitarnos con una estupenda panorámica del pueblo de Tejeda.

Una vez llegados al mismo, no debemos irnos sin antes realizar un recorrido por sus calles, en las que podemos disfrutar de su arquitectura tradicional, visitar su iglesia de Nuestra Señora del Socorro, donde destaca la talla en madera del Cristo de la Sangre, llevado a Tejeda a mediados del s. XVII, así como otros muchos lugares de interés que señalamos a continuación:

El Punto de Información Turística, sito en el nº 2 de la calle Leocadio Cabrera. Es el primer lugar donde aconsejamos ir si se quiere aprovechar bien la visita por el casco. Podemos solicitar aquí información completa sobre Tejeda.

El Museo de Esculturas de Abraham Cárdenes, artista nacido en Tejeda, que alberga, asimismo, una sala de exposiciones itinerantes que muestra obras pictóricas, escultóricas y fotográficas de diversos artistas.

El Museo de Tradiciones de Tejeda presenta de forma actual e interactiva una muestra de las tradiciones y costumbres del municipio.

El Centro de Flora Medicinal divulga los distintos usos de las plantas y de las hierbas más representativas de la zona. El centro dispone de unos maravillosos jardines por donde se puede pasear y en donde apreciar algunas de estas plantas en su estado natural.

El Museo de las Tres Cruces es otro espacio público, que en este caso expone elementos de uso tradicional ligados a las tareas agrarias, así como demostraciones de faenas típicas.

El municipio de Tejeda presenta, también, una extensa oferta alojativa, con una variada gama de casas rurales, hoteles, albergues y zonas de acampada, información que también podemos obtener en el Punto de Información Turística. Por último, cabe destacar las deliciosas y significativas muestras de restauración que localizamos en el casco.

La comida hace gala en Tejeda de una merecida fama, pudiéndose degustar en las mesas tejedenses platos típicos como los potajes, las papas arrugadas con mojo, la carne de cochino, la ropa vieja y el queso, entre otros.

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Plano del camino

(Pulse sobre el plano para ampliar) Plano del camino

Perfil del camino

(Pulse sobre el plano para ampliar) Perfil del camino
Descripción del camino

Cruz de Tejeda - La Isa - Tejeda

Este camino se inicia en el Cruce de Tejeda, justo frente a la cruz que da nombre a este lugar. Entre el Restaurante Asador Grill y un pequeño puesto de productos típicos, parte un ancho camino en dirección sur que, en su inicio se encuentra perfectamente empedrado, y por el que debemos comenzar a ascender. En una primera bifurcación, debemos seguir por la senda que se desvía hacia la derecha.

El sendero desciende entre retamas amarillas y codesos, casi en paralelo a la carretera que vemos bajo nuestros pies, para a continuación, en unos cinco minutos de marcha, cruzar un pequeño barranquillo. A la izquierda, podemos observar especies vegetales rupícolas que se adhieren a la pared y, algo más adelante, lo que parecen un aljibe y un posible horno. Unos metros más adelante, y tras bajar unas escaleras esculpidas en la roca, llegamos a la carretera, que cruzamos, volviendo a ella otra vez algo más abajo. Atravesamos de nuevo la vía para retomar el sendero. Mirando hacia atrás, en lo alto, vemos una pedrera, que probablemente fue usada hace ya años para la construcción de la carretera.

El camino continúa, pasando primero un pequeño barranquillo, entre grandes eucaliptos y, a continuación, junto a un muro de piedra, que dejamos a la izquierda. Desde aquí las vistas son espectaculares, con el Morro de la Fogalera justo delante de nosotros y, detrás de éste, el Roque Nublo y el Fraile. A la derecha vemos el Roque Bentayga; abajo, al fondo, el pueblo de Tejeda y, más a su izquierda, las Casas del Lomo. Seguimos descendiendo, siempre con un desnivel moderado, para volver a cruzar de nuevo otro pequeño barranquillo y continuar bajando.

En esta zona es significativa la presencia de escobones que, tanto por su porte como por su densidad, llegan a conformar pequeños bosquetes; también, comienzan a aparecer tabaibas, excelente bioindicador que nos habla del pasado uso ganadero de este camino. Al llegar a la vía asfaltada, por la que se accede al barrio de Cuevas Caídas, giramos a la derecha de nuestra marcha. Sólo 10 metros nos separan de la carretera principal (GC-156), por donde volveremos a virar, esta vez a la izquierda. Unos 25 metros más adelante, debemos entrar por una pista que encontramos a la derecha, justo al lado de un letrero de piedra en el que se lee: Finca de La Isa II -debe obviarse la entrada a la finca de la derecha-.

Caminando por esta pista, y dejando a nuestra derecha casas y bancales, continuamos entre muretes de piedra, observando a la izquierda algunos estanques de agua.

Pasando junto a una valla metálica, giramos de nuevo a la izquierda para, a continuación, entre un muro de piedra y una casa, volver a conectar con la carretera que conduce desde la Cruz de Tejeda hasta el pueblo del mismo nombre. A la izquierda, encontramos una pista inicialmente asfaltada que accede a un helipuerto. Antes de llegar a éste, tomamos una pista de tierra a la derecha por la que seguimos descendiendo, esta vez con el majestuoso Roque Bentayga al frente. Unos 200 metros más abajo, frente a un pequeño llano, realizamos un giro de 45º a la derecha y, entre unos muros de piedra, continuamos avanzando. La vegetación sigue siendo la misma: retamas amarillas, escobones y tabaibas, principalmente, que se extienden a ambos lados del sendero.

El camino ancho, y con un desnivel moderado, continúa hasta que de pronto avistamos una cruz. Desde su enclave se pueden apreciar unas excelentes panorámicas del pueblo de Tejeda. En un ligero descenso, por un camino empedrado en tramos, llegamos hasta el casco de Tejeda, pasando cerca de la antigua escuela unitaria.

La reposteria de Tejeda

En general, en Gran Canaria, y en Tejeda en particular, siempre ha existido una tradicional producción de postres. Es más, se puede decir que, generalmente, una buena y típica comida canaria, finaliza siempre con un buen postre.

En Tejeda, la confluencia de ingredientes como la miel y la almendra, así como esa arraigada costumbre isleña de endulzar el paladar tras la comida, dio lugar, ya en tiempos pretéritos, a la aparición de afamados y deliciosos dulces, como los almendrados, los mazapanes o el delicioso bienmesabe; este último, además de un postre en sí, es un acompañamiento ideal para otros, como el flan o el helado.

Para la preparación del bienmesabe, lo primero que hay que hacer es pelar y moler las almendras. Posteriormente, se hace el almíbar, para lo cual se pone en un caldero al fuego el azúcar con agua. Listo esto último, se añaden las almendras ya molidas y un poco de canela.

Todos estos ingredientes se van removiendo al fuego para que la mezcla no se pegue y, así, hasta que adquiere el punto de espesura. Finalmente, se deja enfriar y se añaden unas yemas de huevo bien batidas, poniéndolo nuevamente al fuego y batiéndolo durante cinco minutos hasta que esté en su punto. Por último, se guarda en un frasco de cristal, listo para acompañar con flan, helado, frutas o para tomar, incluso, a cucharadas.

El cuervo

En nuestro trayecto por esta ruta, es fácil que veamos sobre nuestras cabezas el vuelo de este extraordinario pájaro. Alcanza entre 60 y 70 cm de envergadura y su plumaje, patas y pico de color negro, lo hacen inconfundible.

Paseriforme de la familia de los córvidos, vive formando bandadas de pocos individuos, nidifica en roquedales y árboles altos, y pone de 3 a 6 huevos. Su alimentación es muy variada, incluyendo otras aves, lagartos, roedores, insectos y otros invertebrados, además de vegetales variados, siendo habitual verlo comer los desperdicios que algunos campistas o domingueros dejan por la zona.

El cuervo vive casi siempre en pareja, incluso en invierno. Tan sólo los ejemplares jóvenes viven aislados, puesto que esta especie es monógama, en el sentido más estricto de la palabra, pues la unión conyugal se mantiene de por vida.

Su vuelo es muy elegante, rectilíneo o casi rectilíneo. Aletea a menudo y describe en el aire bellísimas piruetas, mientras mantiene la cola y las alas extendidas.

Se familiariza pronto con su entorno; así, no es raro que no levante el vuelo si estamos cerca de él, llegando incluso a acercarse si le ofrecemos algo de comer.

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