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Ruta 10: Artenara - Cruz de Tejeda

Artenara - Cruz de Tejeda

CARACTERIZACIÓN GENERAL. El área que abarca esta ruta se sitúa a caballo entre los municipios de Tejeda y de Artenara. En concreto, se localiza en el borde septentrional de la Caldera de Tejeda. El sendero comienza en Artenara, continúa por Los Riscos de Chapí -frente al Roque Bentayga-, por el pinar de Cueva Caballero, y finaliza en la Cruz de Tejeda.

Se trata de un espacio paralelo al eje geológico estructural de la isla de Gran Canaria (ver mapa geológico de Gran Canaria), donde entran en contacto los materiales antiguos -miocénicos (entre 5 y 14 millones de años), formados por coladas y piroclastos sálicos (traquitas y fonolitas, sobre todo)-, con otros de edad más reciente, como son las coladas, los aglomerados Pre y Roque Nublo y, también, los piroclastos basálticos. En este último caso, las dataciones de los materiales se establecen entre los cinco millones y unos pocos miles de años antes de la actualidad, es decir, que conforman el ciclo volcánico intermedio en su totalidad y parte de la etapa volcánica reciente.

En la zona también destacan la gran cantidad de cuevas existentes en la estructura geológica, producto de la erosión en los lugares de mayor debilidad del roquedo (tafonis). Muchas de estas oquedades fueron habitadas por los aborígenes canarios -hábitat troglodita- y, con posterioridad a la conquista, también por pastores y agricultores, sirviendo incluso como viviendas para la población de esta zona. Una buena parte de ellas se siguen utilizando en la actualidad.

El clima de este área presenta los rasgos propios de las zonas de cumbres del Archipiélago Canario, es decir, una elevada oscilación térmica anual, pues a un invierno frío le sucede un verano caluroso, con temperaturas superiores a los 35º C en algunos días de agosto, próximas, en cambio, a los 0º C en enero y en diciembre. A ello se unen unas precipitaciones escasas y, a veces, de manera muy ocasional, en forma de nieve. El viento es otro factor meteorológico destacado, predominando el de alta intensidad y fuerza durante buena parte del año, que entra la mayoría de las veces por el cuadrante noroeste de la isla y no, como lo hace en general el alisio, por el noreste.

"En contraste con esta maravillosa tierra, la parte más alta de esta isla está totalmente desolada y es árida, ya que no produce ni hierbas ni matorrales, a excepción de las ya citadas retamas; pues se eleva tan por encima de las nubes que por ello no recibe ni rocío ni lluvia, sino que está expuesta a un viento fino, seco y abrasador, el cual sopla generalmente desde el oeste, en oposición directa a los vientos alisios por debajo, o debajo de las nubes: durante la noche este viento occidental sopla fuerte, pero amaina durante el día. En invierno, la cumbre de esta isla es inaccesible, pues está cubierta por la nieve". (1)

Tales condiciones climáticas propician la presencia de matorral de montaña -retamas, escobones y codesos-, leguminosas y xerófilas -tomillares, salvias, etc.-. Cabe señalar la presencia de una importante masa de coníferas en la zona, producto de las repoblaciones de pinos que realizó el ICONA (Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza) a partir de los años cincuenta, aunque también existen ejemplares naturales.

Parte del área que atraviesa nuestra ruta se ubica dentro del ámbito del Parque Rural del Nublo. Este espacio abarca el 17% de la superficie protegida de Gran Canaria. En un primer momento fue declarado Parque Natural de la Cuenca de Tejeda, por la Ley Nacional 12/87. En la actualidad es el mayor Parque Rural de Canarias y parte de su territorio está comprendido en la zona declarada recientemente en la isla como Reserva de la Biosfera(2).

El municipio de Artenara tiene una extensión de 66,70 km2, y se localiza, junto con el de Tejeda, en la cumbre de Gran Canaria. Se encuentra a unos 50 kilómetros de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y se accede a él por la carretera del centro a través de Santa Brígida y de la Vega de San Mateo (GC-325), pasando por Las Lagunetas y llegando a la Cruz de Tejeda (GC-15), desde donde la GC-21 nos conduce hasta el mismo casco de Artenara. Otra opción consiste en salir de Las Lagunetas y tomar la primera bifurcación a la derecha de la carretera general, que nos guía también hacia el inicio de nuestra ruta en el casco de Artenara. Una tercera vía, es la de subir por Guía o por Gáldar a través de la GC- 220.

Se trata del municipio y del casco urbano más elevado de Gran Canaria, -su altitud media es de 1.270 metros sobre el nivel del mar-. Según el padrón de habitantes de 2006 (ISTAC), el término municipal tiene unos 1.306 habitantes. En los últimos años, el municipio se ha revitalizado con la introducción del turismo rural y de nuevos servicios asociados a éste. Destacan entre sus principales manifestaciones artesanales las labores de locería (cerámica de Lugarejos) y los trabajos en los telares.

En cuanto a las fiestas tradicionales, la que rinde homenaje a la Virgen de la Cuevita ocupa un espacio preferente. Ésta se celebra en el mes de agosto y a ella asisten un elevado número de personas de todos los rincones de Gran Canaria.


(1) GLAS, G. (1982): Descripción de las Islas Canarias. 1764. Traducido por Constantino Aznar. Instituto de Estudios Canarios. Tenerife; p. 65

(2) La Reserva de la Biosfera de Gran Canaria fue declarada por la UNESCO el 29 de junio de 2005.

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Plano del camino

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Perfil del camino

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Descripción del camino

Artenara - Cruz de Tejeda

"De Tejeda hasta aquí (Artenara) es el camino peligroso por una ladera llena de fugas y grandes precipicios. La planta del lugar es rarísima. En medio de una gran montaña se alcanzan a ver unos agujeros a manera de nidos de aves. Estos vienen a ser un gran número de cuevas en fila, unas cóncavas como bóvedas, otras de cielo raso (...)"(3)

Esta percepción del ilustre historiador canario no se corresponde con el estado actual del camino, pues la dificultad y el peligro se han atenuado de forma considerable. Se trata de un sendero muy recomendable por el valor de sus vistas, que empieza en la iglesia de San Matías, en el casco del municipio de Artenara. Este centro urbano tiene la categoría de villa. La iglesia es de reciente construcción, pues data de finales del siglo decimonónico, incluso en los años cincuenta comienza una exhaustiva remodelación que finaliza en 1990. El actual templo parroquial está levantado donde lo estuvo anteriormente una antigua ermita del siglo XVII, bajo la advocación de la Virgen del Rosario y dependiente de la parroquia de Gáldar, de la cual apenas quedan vestigios.

(3) VIERA Y CLAVIJO, J. de (1982): Noticias de la Historia General de Las Islas Canarias, tomo 2, Ediciones Goya. SantaCruz de Tenerife; p. 395.

Tramo 1: Artenara - parte alta de Guardaya

.Ésta ruta parte de la fachada de la iglesia de San Matías. Desde allí, debemos cruzar la calle y ascender por la empinada vía que se sitúa entre la antigua estafeta de Correos (hoy convertida en bar) y las oficinas de la Policía Local de la Villa. Esta calle nos conduce hacia la ermita de la Virgen de la Cuevita.

Para llegar a la ermita se pasa por delante de los baños públicos del pueblo y del botiquín farmacéutico. Al dejar atrás este edificio sanitario, nos encontramos con un cartel que nos indica que la ermita de la Cuevita se halla a unos 250 metros -ahora la pendiente se suaviza-. A partir de este momento, se observa la Caldera de Tejeda con sus principales hitos geológicos: el Roque Nublo, el Roque Bentayga, las Cuevas del Rey, El Roque y El Roquito, la Mesa de Acusa y Los Pechos.

El barrio que cruzamos antes de alcanzar la ermita recibe el nombre de La Asomada. Cinco minutos después del inicio de la ruta, llegamos al mencionado lugar de culto de la Virgen de la Cuevita. Recomendamos entrar en su interior, pues su singularidad lo convierte en un espacio realmente interesante. Se trata de una construcción excavada en el risco (aglomerado Roque Nublo), que se encuentra a unos 400 metros de la iglesia parroquial. Todos los elementos del culto religioso (altar, pila bautismal, etc.) están labrados en la roca. Esta ermita data del siglo XVIII; luego, fue ampliada en 1858, finalizando las obras diez años más tarde. Por último, en 1990, se realizaron nuevas reformas, añadiéndose una pila bautismal, un altar y un sillón para la sede, todo ello tallado, insistimos, en la estructura geológica(4).

Tras abandonar la construcción religiosa, continuamos ascendiendo por unas escaleras que encontramos a la izquierda de la puerta de acceso a ésta. El trayecto adquiere ahora una elevada pendiente, lo cual nos obliga a realizar un importante esfuerzo hasta que las escaleras finalizan y llegamos al cruce de caminos. No dirigimos, en esta ocasión, hacia el SE, es decir a la derecha de unas edificaciones semiexcavadas en cueva que hallamos enfrente. Se observa, paralela al sendero, una fina tubería de hierro.

Ante una nueva confluencia de direcciones, seguimos por la derecha, es decir, en el sentido que indica el mojón de piedra situado en el suelo. Pasamos entonces por una curva empedrada y entramos en la pista forestal. A partir de ahora, continuamos siempre por ésta, evitando todas las bifurcaciones que se presenten a izquierda o derecha. Hemos invertido hasta este momento unos treinta minutos. Al llegar a una curva que muestra una gran piedra con una flecha blanca, abandonamos la pista y avanzamos por el sendero que asciende junto a un muro de piedra seca y pinos.

Se observan por este ámbito retamas y tabaibas. Tras unos cinco minutos de marcha por el camino, volvemos de nuevo a la pista anterior. En el cruce, dejamos la pista de la derecha, que nos conduce hacia las Cuevas del Candil(5), y ascendemos por el mismo sendero, en dirección sureste. En esta zona, la vegetación cambia: aparecen salvias, tomillos, gamonas, tajinastes y, por supuesto, el pinar. Lapista se vuelve sinuosa, con numerosas curvas. Si la abandonamos y nos acercamos al borde de la Caldera de Tejeda, podemos ver, a nuestros pies, el caserío de Guardaya, y, al fondo, los cultivos bajo plástico de La Aldea de San Nicolás e, incluso, si el día se presenta nítido, las islas de Tenerife y La Gomera. Llevamos ya una hora caminando y finaliza aquí el primer tramo.

(4) LUJÁN HENRÍQUEZ, J. A.(1994): Aspectos históricos de Artenara. Excmo. Cabildo de Gran Canaria e Ilmo. Ayuntamiento de Artenara. Las Palmas de Gran Canaria.

(5) Las Cuevas del Candil están enclavadas en la Montaña de Artenara; su importancia se debe a la decoración de sus paredes con grabados rupestres, con formas triangulares, que supuestamente representan vulvas femeninas y que están relacionadas con la fertilidad.

Tramo 2: parte alta de Guardaya - Cuevas del Pinar de Cueva Caballero

Volviendo a la pista, se pueden observar Juncalillo y, al fondo, Sardina de Gáldar, justo detrás de la Montaña de Amagro. Hacia el SE, observamos las estribaciones del Montañón Negro y, frente a nosotros, en la misma dirección de la marcha, la zona de Los Moriscos. El pinar domina toda la extensión de este espacio. El camino prosigue en ascenso, aunque con una pendiente suave. En breve, finaliza la subida y comienza el descenso hacia las Cuevas de Caballero (yacimiento arqueológico en cuevas con grabaciones rupestres). Hemos invertido casi dos horas andando, es decir, algo más de la mitad del total de esta ruta. Aquí, recomendamos realizar una parada y reponer fuerzas tomando algo de agua y de alimento. Es un momento ideal para deleitarnos con las vistas de la Caldera de Tejeda desde este privilegiado lugar. Nos encontramos justo encima de los Riscos de Chapí.

Tramo 3: Cuevas de Caballero - Degollada de Las Palomas

Tras dejar atrás las Cuevas de Caballero, subimos por la pista forestal, rodeando la zona de Los Moriscos. Ahora, nos alejamos del borde de la caldera para dar un rodeo. La pendiente se vuelve algo más pronunciada y, cuando el pinar lo permite, vemos de nuevo el norte de Gran Canaria y la isla de Tenerife al fondo. De esta manera, y continuando siempre por la pista, llegamos hasta una cruz de piedra, realizada en 1913, y dedicada a Cristo Redentor.

El camino se cubre de picón y comienza un suave descenso hacia la Degollada de Las Palomas. Aparecen junto a los pinos, castaños, y en el sotobosque, helechos. Al llegar al primer cruce, tomamos hacia la derecha, pasando por debajo de los cables de la luz de una torreta cercana. La pista se estrecha y se convierte en un sendero de pronunciada pendiente. Esta vereda está surcada por numerosos diques que forman parte del cone sheet de Tejeda. Este tramo termina en el mirador de la Degollada de Las Palomas, con un cartel que nos señala que nos encontramos en el Paisaje Protegido de Las Cumbres.

Tramo 4: Degollada de Las Palomas - Cruz de Tejeda

Salimos a la carretera GC-21 en dirección a la Cruz de Tejeda. Caminamos por la parte derecha de la vía y enseguida hallamos un cartel que nos anuncia que nos encontramos en el Parque Rural del Nublo. Junto a él, vemos la entrada a un sendero empedrado por la que nos adentramos en éste. Esta senda va bordeando la caldera. Frente a nosotros, hay un pico en el que destacan unas antenas de radio; a la izquierda del camino, aparecen unas construcciones de color blanco y, a la derecha, contemplamos la Caldera de Tejeda, con el Roque Nublo y el Bentayga como monolitos más destacados.

Llevamos caminando dos horas y tres cuarto -en quince minutos terminaremos nuestra ruta-. Este trayecto nos conduce, junto a un almagre, hacia un estanque próximo al Parador Nacional de Tejeda. El camino presenta algunos derrumbes recientes, aunque se puede transitar por él sin peligro. Poco antes de llegar al embalse, la pendiente se vuelve muy pronunciada, por lo que se deben extremar las precauciones al bajar. En poco tiempo alcanzamos el aparcamiento trasero del mencionado parador donde, como ya dijimos, concluye esta espectacular e interesante ruta de Artenara a Cruz de Tejeda.

Información adicional de la ruta

Pinturas y grabados rupestres

Según la Guía de Patrimonio Arqueológico de Gran Canaria: "Mayoritariamente las pinturas rupestres se localizan en cuevas artificiales excavadas en la toba. En diferentes lugares de la cavidad se aplicaban colores, normalmente rojo, negro o blanco, definiendo motivos diversos. Aunque el ejemplo más significativo sea la Cueva Pintada de Gáldar, también se documentan otros igualmente importantes. Zócalos pintados de rojo, accesos a estancias enmarcadas en blanco, paredes de cuevas a las que se ha aplicado un color base sobre el que se pintan representaciones circulares, etc. son algunos de los casos conocidos. Es probable, que frente a una interpretación meramente ornamental, pueda atribuirse a tales representaciones un cierto carácter simbólico, si bien queda aún por saber con certeza de qué naturaleza.

Por su parte, los grabados rupestres han sido identificados en diversos puntos de la isla, aunque parece encontrase una mayor concentración en su franja sudeste. Entre los diversos motivos representados sobresalen las figuraciones antropomorfas -en ocasiones sexuadas-, a las que se añaden otras interpretadas como zoomorfas. Además, las inscripciones alfabéticas, clasificadas como líbico-bereberes, son también frecuentes en estos conjuntos. A estos motivos han de añadirse los grabados de formas triangulares que han sido identificados como representaciones púbicas".

Bisbita caminero (Snthus berthelotii)

De todos los bisbitas, llamadas así las aves del género Anthus que existen en el mundo, el bisbita caminero, conocido también como chilín, chirringo o correcaminos, es el único que nidifica en Canarias (también, en Madeira y Salvajes), donde es común y está repartido por todas las islas.

Su silueta es estilizada, de 14,5 cm de longitud, y presenta partes superiores grisáceas e inferiores blancuzcas, con pecho moteado de oscuro; realiza de dos a tres puestas al año, y se alimenta sobre todo de insectos, larvas y pequeños invertebrados que caza en el suelo. Se trata de un pájaro sedentario, que se desplaza por el suelo caminando o corriendo, de ahí su apodo de caminero o correcaminos. Rara vez se le observa posado en árboles. Es común verlo en todo tipo de hábitats relativamente abiertos, moviendo su cola.

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