Casco Histórico
CARACTERIZACIÓN GENERAL. Este itinerario se desarrolla por el interior y los aledaños del casco de la Villa de Santa Brígida que data del siglo XVI. Este asentamiento, inicialmente, crece en torno a la primera iglesia que tuvo la Villa localizada en el mismo lugar que la actual y recibió el nombre de "Lugar de La Vega".
El pueblo se fue desarrollando en torno a dos ejes, tanto en el siglo XVI como en los dos siguientes (XVII y XVIII): el camino de La Vega, que enlazaba la Villa de Santa Brígida con Las Palmas de Gran Canaria y la Vega de San Mateo; y la calle Real, que relacionaba el camino de La Vega de Arriba (denominación antigua de La Vega de San Mateo) con la iglesia y la salida a Teror.
A partir de finales del siglo XVIII la trama urbana fue ensanchándose entre la carretera general, el Barranco Alonso y la iglesia, conformando un espacio urbano muy concentrado, al objeto de no invadir los terrenos de cultivo.
A partir del siglo XIX cruzó el tejido urbano la vía de acceso a la Vega de San Mateo y creció preferentemente hacia el sur y el este, existiendo unas 500 casas en la Villa,algo menos de la mitad en el casco. Aparte de por las calles ya mencionadas, la trama urbana creció asimismo por las de Muro y Calvario. Se trataba todavía de un núcleo rural con actividades propias del sector primario (agricultura y ganadería).
En el siglo XX se experimentaron cambios notables, al proliferar los servicios vinculados a la nueva función turística y residencial, al tiempo que se extendieron las construcciones en casi todas las direcciones, aunque predominando la orientación noreste. Así, cambiaron las tipologías de las viviendas y se incrementaron las infraestructuras deportivas, educativas, culturales, etc.
Plano del camino
(Pulse sobre el plano para ampliar)
Perfil del camino
(Pulse sobre el plano para ampliar)
Descripción del camino
A la entrada del pueblo, próximo al templo parroquial, en una zona llamada La Alcantarilla, se emplaza una hermosa edificación, de líneas sencillas, que alberga la sede de la Heredad de Agua de Satautejo y La Higuera. Es un edificio construido en 1913 sobre el sonoro cauce de agua de la cantonera o alcantarilla que reparte el preciado líquido por las distintas fincas del municipio. El inmueble está coronado por un sencillo semicírculo donde un viejo reloj marca las horas hoy e indicaba los turnos para regar antaño. El reloj se pidió a Alemania poco antes de la primera Guerra Mundial (1914), pero llegó a finales de 1919.
Al margen izquierdo de la carretera general del centro, justo enfrente de la Heredad, se halla otra entidad emblemática de la Villa, el Real Casino de Santa Brígida. Desde una perspectiva histórica, la institución data del mes de abril del año 1900; sin embargo, el edificio como tal fue construido en las primeras décadas del siglo XX.
En la misma acera nos encontramos con el edificio de La Fonda. Éste, como indica su nombre, se dedicaba a la hostería o al avituallamiento de aquellas personas que venían simplemente a descansar o de paso hacia la cumbre u otros lugares de la isla. En la actualidad es famosa por sus bizcochos lustrados, de los mejores de la isla.
La siguiente parada en nuestro recorrido es la Iglesia Parroquial de Santa Brígida, edificada sobre los restos de la primera ermita que se fundó en 1522 y que desapareció en un incendio. El templo presenta un exterior con características neogóticas y un interior que muestra la estructura antigua. La iglesia data del siglo XX, salvo la torre que sobrevivió al grave incendio ocurrido en 1897. La capilla cuenta hoy con varios retablos, todos ellos del siglo XX. Entre las tallas más importantes encontramos las de La Dolorosa y San Antonio de Padua, una hermosa figura de estilo barroco. También podemos ver un espectacular Santo Sepulcro, una pieza singular que alberga el cuerpo de Cristo.
Cabe destacar el archivo parroquial, en el que se guarda toda la historia documental relativa a las primeras partidas de bautismo que datan de 1583, las defunciones, los primeros matrimonios, censos y testamentos.
Tomamos la calle Calvario, que debe su nombre a un pequeño altar que se levanta al final de esta vía. Se trata de una llamativa construcción de cantería y azulejos, con tres cruces de madera, en cuya hornacina se halla una imagen que representa una de las escenas de la Pasión de Jesucristo. En los siglos pasados, servía de límite del casco urbano y el punto de referencia donde llegaba la procesión de Semana Santa o desde donde partía un entierro. Presenta la imagen de la Virgen María con el cuerpo de Jesús en brazos, sobre un soporte de bloques de cantería. El otro calvario se erige a la salida del pueblo y contiene la imagen de la Virgen del Carmen.
Desde la calle Nueva, donde se encuentra la Casa Consistorial de la Villa de Santa Brígida, tomamos rumbo hacia el parque, al lado del mercadillo municipal, para acceder a la Casa del Vino. En este edificio rehabilitado, de más de dos siglos de antigüedad, se pueden disfrutar los vinos de la Denominación de Origen Gran Canaria, y conocer, en un marco inigualable, la historia vitivinícola de la isla. La Sala Museo, reproduce una antigua bodega, que contiene barricas y demás elementos etnográficos relacionados con el sector de la vitivinicultura. El visitante a través de las proyecciones y de la información ofrecida digitalmente, puede hacer un viaje desde el origen y por la tradición de nuestros vinos.
Al salir de la Casa del Vino, en el barranco Guiniguada, uno de los más grandes de la isla, se puede visitar el Parque Agrícola Guiniguada, próximo al Palmeral de Satautejo y junto al mercado municipal. Este parque, conocido también como "Finca del Galeón", alberga explotaciones ganaderas, alpendres, un pozo y un estanque. Toda la zona está intercomunicada por los senderos y caminos empedrados que unen las pequeñas zonas de estancia, miradores y edificaciones. En sus recorridos se desarrollado fuentes, líneas de acequias, pocetas y pequeñas cuevas recuperadas. Se ha intercalado todo tipo de cultivos relacionados con la agricultura tradicional: papas, millo, lechugas, etc.
Los visitantes de La Fonda
El edificio de La Fonda data de principios del siglo XX. Con toda probabilidad fue construido entre 1918 y 1920. Se halla ubicado en la calle Calvo Sotelo, número 41, del casco histórico de la Villa y, como bien indica su nombre, se encargaba de ofrecer los servicios de hospedaje y avituallamiento en el lugar. Entre sus clientes más asiduos hemos de destacar a Don Antonio González Jiménez, personaje de gran relieve y cualidades excepcionales que sería prolijo enumerar, las cuales le granjearon la amistad y el cariño de todos los lugareños. Llegó a Santa Brígida procedente de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en el año 1935 para jugar al fútbol en el equipo representativo del pueblo, el C.D. Santa Brígida. Para evitar el ajetreo de los viajes, alquiló una habitación en La Fonda, la cual pagaba religiosamente, "¡cuántas veces sin usarla!". Tras su fallecimiento, al cabo de algunos años, el azar quiso que aquella misma habitación fuera ocupada de forma indefinida por una ilustre visitante enamorada de la Villa: la gran poetisa Chona Madera, por todas recordada.
Palmeral de Satautejo
Se extiende sobre unas 30 hectáreas en el municipio de Santa Brígida, limitando con el casco urbano de la Villa. Se trata de un espacio asentado sobre varias coladas fonolíticas en el sur, basalto Roque Nublo en la parte central y basalto reciente en las laderas del Lomo de Las Meleguinas.
La especie predominante es la palmera Phoenix canariensis, que se distribuye a lo largo del cauce del barranco que limitan el casco del municipio, y zonas de cultivo, compartiendo el territorio con acebuches, lentiscos, almácigos y laureles canarios. El palmeral de Satautejo es el segundo de la isla en importancia, dado el n˙mero de ejemplares que cobija y la edad de los mismos.
Este palmeral es el origen del topónimo prehispánico de la Villa de Santa Brígida: Sataute.
