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Ruta 32:Ruta 32: Utiaca - Barranco Alonso

Utiaca - Barranco Alonso

CARACTERIZACIÓN GENERAL. Esta ruta transcurre desde Utiaca al Barranco Alonso, para acabar en la Villa de Santa Brígida. Discurre sobre un camino con una trayectoria marcada por el continuo descenso hasta llegar al cauce del barranco. El itinerario nos muestra a lo largo de su recorrido diversos aspectos destacables: una geoformas singulares, un microclima particular, con temperaturas más suaves que en los espacios circundantes y una vegetación y fauna originales, en especial las especies rupícolas. Las precipitaciones alcanzan en esta zona los 500 mm de media, propias de las medianías, aunque hay que destacar la variabilidad interanual, es decir la alternancia de años muy secos con otros muy lluviosos. En invierno, en el barranco, se experimenta una sensación de humedad considerable, debido a los elevados valores higrométricos.

Dejando el Barranco de La Mina (ruta Las Lagunetas - Utiaca) se inicia este itinerario, que se adentra en el Barranco Alonso y conecta con el Guiniguada (ruta Puente de Las Meleguinas - Jardín Canario). Discurre en su mayor parte por el cauce, entre las laderas de Lomo Espino y Hoya Bravo.

Se observa un paisaje agrícola, donde lo más significativo son las pequeñas explotaciones de cultivos hortícolas y frutales para el consumo familiar. …estas se entremezclan con la vegetación natural: verodes, cardos o cerrajas, como principales representantes de la flora arbustiva; mientras que, en la arbórea, destacan los dragos y las palmeras, y en menor medida las comunidades de acebuches. Por último, se observan en el paisaje vegetal algunas plantas introducidas, como las tuneras y las piteras. La primera, como relicto de la explotación de la cochinilla, mientras que, la segunda, se ha utilizado tradicionalmente en artesanía para elaborar cuerdas y cabos de barcos.

El sonido de los pájaros y del agua corriente nos acompaña durante este trayecto. Aparecen a lo largo del camino infraestructuras hidráulicas, como tuberías destinadas a riego, estanques, arquetas de distribución, cantoneras y lavaderos. La vegetación asociada a la presencia de agua se manifiesta en algún tramo, donde asoman berros y lentejas de agua.

Al llegar al Barranco Alonso se entra en el Paisaje Protegido de Pino Santo. Se aprecian las disyunciones columnares de las lavas basálticas, de gran interés geológico. En efecto, las series volcánicas II y III están presentes en la configuración de las laderas de este valle. Se acumulan coladas de gran espesor y lavas muy fluidas que discurrieron desde las bocas eruptivas, aguas arriba, hasta la costa del noreste de la isla de Gran Canaria. Con posterioridad, a finales del Pleistoceno y principios del Holoceno, estos materiales fueron trabajados por la erosión fluvial, conformando su actual fisonomía.



Se inicia esta travesía junto al lavadero de Utiaca, que se ubica en el puente que cruza el Barranco de La Mina. Se accede a este lugar por la carretera San Mateo - Teror. El sitio que se propone como punto de partida permite dejar el coche aparcado.

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Plano del camino

(Pulse sobre el plano para ampliar) Plano del camino

Perfil del camino

(Pulse sobre el plano para ampliar) Perfil del camino
Descripción del camino

Tramo 1: Utiaca - Barranco Alonso

Desde el lavadero, partimos por carretera en dirección a la Vega de San Mateo. A mano izquierda, tomamos una bajada con firme de cemento. Por el camino encontramos pequeñas explotaciones agrícolas a ambos lados. Seguimos de frente, sin considerar la desviación de la izquierda. El sendero, más adelante, cambia el tipo de firme.

La pista de cemento deja paso a un empedrado. A ambos márgenes de la ruta, encontramos unos pequeños postes cuya función es la de delimitar la máxima crecida de las aguas que discurren por el lecho del cauce en épocas de lluvia; estas infraestructuras dependen del Consejo Insular de Aguas. La vegetación de este primer tramo presenta un tupido cañaveral en el fondo del barranco y gran cantidad de tuneras jalonando el camino.

Tramo 2: Barranco Alonso - Casco de Santa Brígida

Una vez que nos situamos en el fondo del barranco, el camino se amplía y lo recomendamos como lugar para realizar una parada, descansar, contemplar el paisaje y disfrutar del silencio. Al encontrar un lavadero, tomamos el cauce del barranco por un sendero empedrado. Ahora conviene extremar las precauciones al andar, pues muchas de las piedras están sueltas y podemos resbalar. Con todo, la dificultad del camino se compensa con el sonido del agua, el canto de los pájaros y la vegetación que acompaña durante toda la ruta.

Dejamos el lecho del barranco y tomamos el camino que aparece a la derecha -observamos que el estado del firme mejora de forma sustancial-. Transitamos por un sendero de tierra, ancho. Llegamos a una zona con una serie de cuevas que aparentemente están habitadas; las viviendas trogloditas en Gran Canaria datan de la época aborigen. Con posterioridad, los pastores y agricultores las reutilizaron como corrales, depósitos de productos o, simplemente, como hogares. Hoy, muchas de ellas permanecen habitadas, pues presentan unas buenas condiciones bioclimáticas en su interior.

Seguimos el trayecto sin regresar al cauce, siempre de frente, para a continuación bajar nuevamente, por la derecha, sobre un firme de tierra. Descendemos hasta encontrarnos de nuevo con el lecho del barranco y, una vez más, debemos seguir la vereda por la izquierda, dejando ahora el cauce a nuestra derecha. La referencia en este tramo es que siempre debemos seguir la senda del camino paralelo al barranco.

En breve, el camino nos lleva hasta uno de los hitos vegetales más impresionantes de la isla de Gran Canaria: el drago de Barranco Alonso. Este drago fue citado por primera vez en 1972 por Kunkel. Es uno de los pocos ejemplares silvestres de la isla de Gran Canaria, dado que por su emplazamiento no ha podido ser plantado. Nace entre las rocas de una pared escarpada. Su edad se estima en 210 años desde su primera floración.

A partir de aquí, la ruta prosigue por la carretera asfaltada de Los Silos (850 metros de trayecto). A la izquierda del trazado, encontramos una bajada que cruza el barranco. Este trayecto coincide con un tramo del camino a Teror, que vamos a reconocer, porque está señalizado como camino 'pa'l Pino', que sirve como referencia. Este mismo camino asciende hasta llegar al casco de la Villa de Santa Brígida, donde podemos visitar la iglesia, el mercadillo o la casa del vino, entre otros lugares.

Información adicional de la ruta

El Cernícalo (Falco tununculus)

El cernícalo es un ave de presa diurno que habita en terrenos abiertos. Es fácil de observar en el cielo de Gran Canaria y se puede distinguir fácilmente por su envergadura de ala a ala (70-80 cm) y por su longitud, que oscila entre los 34-38 cm de cabeza a cola. El macho se diferencia por poseer un color gris azulado en cabeza y cola, y por tener el dorso castaño con manchas negras. La hembra es de mayor tamaño, tiene un tono pardo con líneas transversales rojizas.

Su método de caza es muy peculiar; consiste en cernirse, -mover sus alas manteniéndose en el aire sin apartarse del sitio en el que se encuentre- con un rápido movimiento de alas y cola. Seguidamente explora el terreno en busca de sus presas, que son principalmente insectos. No obstante, de forma ocasional, también se puede alimentar de ratones, reptiles, etc. Emite un sonido estridente "kik-kik-kikÖo kii-kii-kiiÖ", como defensa frente a un predador o como forma de cortejo. Al contrario que la mayoría de las aves rapaces, el cernícalo no nidifica en nidos propios, sino que pone sus huevos (4-6), en oquedades rocosas o en los nidos de otras aves. La puesta suele efectuarse en los meses de abril y mayo.

El drago

Etimológicamente su nombre genérico, Dracaena, deriva del griego drakaina (hembra del dragón).


El drago es una especie vegetal no arbórea presente en la región de la Macaronesia, y en el norte de África, entre los 200 y 600 metros de altitud. En antaño formaba parte de los bosques termófilos. El drago está incluido en Anexo II de la Orden de 1991 sobre protección de especies de la flora vascular silvestre de la Comunidad Autónoma de Canarias, clasificado como A2 en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias de 2001.


Gran Canaria cuenta con una nueva especie descubierta en el suroeste de la isla que recibe el nombre de Dracaena tamaranae (1999). Se diferencia por sus hojas: muy aguzadas hacia el extremo, superficie acanalada y color verde grisáceo; y por su floración que presenta tres ramificaciones y no dos como los ejemplares que hasta el momento se habían estudiado. En el ámbito insular conviven la especie Dracaena tamaranae y Dracaena draco de manera asilvestrada, siendo los individuos de esta los más utilizados en parques y jardines.


Los dragos suelen vivir mucho tiempo, existiendo ejemplares con varios cientos de años. Su lento crecimiento puede contabilizarse en el n˙mero de ramificaciones que presenta. Hay autores que afirman que cada quince años se produce una ramificación.


Este vegetal ha sido considerado como elemento mágico y mítico por fenicios, romanos, gentes del medievo y por los antiguos aborígenes canarios. Esta condición se debía a las propiedades curativas de su sabia que, al contacto con el aire se oxida adquiriendo un color rojizo similar al de la sangre (sangre de drago ñ sangre de dragón). La sabia del drago se comercializaba en la antigüedad para tintes y barnices, usándose como colorante para pinturas y lacre y para cortar hemorragias.

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